Es
ese olor -tostadas y café-
característico
del desayuno:
clásico
y cotidiano minué,
familiar
y oportuno.
En
esa compañía
reconfortamos
hoy la soledad
del
nublado lluvioso que estos días
ya
nos conduce a la suavidad
de
otro otoño que empieza.
Y
que celebraremos almorzando
con
alemana y varonil cerveza
y
un lomo ibérico de tal nobleza
que,
a la chita callando,
cunda
en perímetro de la cintura,
en
lorza pura y dura.
Estos
versos que entono
en
medio de un ecléctico camino
que
a veces se arrepiente del destino,
vayan
como saludo y claro abono
a
la jurisdicción de Pionono,
varón
ilustre, en Collado Villalba.
(A
cualquier ocasión, la pintan calva.)
Y el mentado Pionono,
ResponderEliminaren igualmente lluvioso día de calma
agradece el recuerdo aquí en Villalba