Para
no quedarnos en lo que sería penosísima conjetura (que no esté bien de la
cabeza), convendrá atribuir a un exceso de errado celo ideológico la exótica
habla de esa moza que puso al frente del insólito ministerio de igualdad
Sánchez el inefable, probablemente urgido de “enchufes” por ese compinche
preferente que tanto insomnio le iba a dar.
Imbuida
de un singular delirio extravagante, nuestra asombrosa funcionaria va subiendo
el listón de los desatinos hasta alturas cuyo vértigo cuesta sujetar.
Si
se verificase la primera hipótesis, igual hay que revisarle la medicación; de
ser meros dengues y pruritos, ya hablamos de otra cosa, más llevadera.
En
todo caso, será de ver el regocijo (teñido de vivísima vergüenza ajena) que
está por llegar mientras se despilfarran millones en las bufonadas de la
igualdad que le da igual, o eso parece, a esa eufórica y jacarandosa terrorista
de la Gramática, a esa petarda rayada, ejemplo conspicuo de alalia, dislalia o jerigonza,
elijan Vuesas Mercedes.
¿Y por qué Vuesa Merced me obliga a elegir entre una opción y otra? Pionono sostiene que ambas no son incompatibles, sino acaso complementarias. Nada impide que esté mal de la cabeza y a la vez, o acaso por ello, un errado celo ideológico.
ResponderEliminarLo que sí tiene seguro es ... un cuajo...