Tanto me jode andar enmascarado
con esta murga de la mascarilla
que cada vez estoy más encerrado
cual un bohemio en su buhardilla.
Y en la decepcionante ventanilla
de este tren metafórico y parado
ya empieza a parecer de pesadilla
el run-run que nos tiene confinados.
Un ciclo aciago de un tiempo perdido
tan irrecuperable y tan fallido
que al ánimo le cuesta dar salida
y no halla un pase a tantas embestidas.
-Taurino estás.
-Y hasta la coronilla
de esta reiterativa marejada
tan sin sentido y sin coartada
como un chili con carne sin guindilla.
-¡Vaya larga cambiada…!
-¿Y quién ahora
sale por petenera tan taurina?
A lo que voy, te digo la verdad:
que en rigurosa, estricta sobriedad
y cautelosas normas y pamplinas,
en las salinas, a solas consigo
ya va a perder el norte este Rodrigo.
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