-¿La digresión de ayer?
-Más que una broma,
que el asunto no habría consentido,
era la coincidencia entre dos frases,
como un eco o un latido.
Y de paso, un aviso:
toro que a todos pilla,
aparte de ser más que un compromiso,
puede ser el refrán del que a Sevilla
se fue y perdió su silla.
-¿De El Paso, has dicho?
-Acaso será ése un buen lugar
para el cuento de hoy que es lo que toca,
que si la fantasía se desboca
saldrá un texto que dé para canción
escrita en la frontera.
- “Póker
de amor”, ¿no era
de tu cosecha un tema con mestiza?
-Eso es así; mas vamos
con el caso en cuestión o han de
tacharnos
de circunloquio a modo de paliza.
POR
EL PASO
Nunca
te dio su número, mestiza.
La
cuestión fronteriza
que
enfrenta a policías e ilegales
nada
supuso entre vosotros dos,
que
en la pasión ambos erais iguales.
En
la tierra caliente de tu tierra
no
hubo tregua ni paz en esa guerra
que
la atracción de súbito surgida
declaró
en las miradas encendidas,
en
el roce de cuerpos sudorosos,
en
la exasperación de unas caricias
que,
interpretando inéditas delicias,
siguieron
asomando en vuestros sueños
muchos
años después.
De
las pocas jornadas
de
duración que tuvo la aventura,
¿algo
ha dejado el Tiempo con su usura?
¿Algo
de la lejana encrucijada,
del
beso del final, la madrugada
de
la postrer fusión, blanca y cobriza,
en
una sola piel?
¿Qué
habrá sido, mestiza,
de
ti,
de
él?
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