Para
mentir con tanta contumacia
es
menester un “máster” de frescura,
de
especialización en las falacias,
de
canalladas y de caradura.
Prometer
unas cosas que sabías
que
no ibas a cumplir de ningún modo
da
la medida de tu bastardía
y
de lo descompuesto de tu lodo.
¿Qué
resentido encono
vive
en tu corazón de baratijas?
¿Qué
condición ruin de sabandija
te
desafina cada semitono?
La
interminable sarta de patrañas,
los
embustes, blindándote el sillón
son
remedo perverso de las rimas
que
con la lira eructaba Nerón.
¿Para
cuándo la estatua
que
pretenda fijar en la memoria
las
porquerías de tu trayectoria,
tu
delincuente realidad de escoria?
Hablas de Juanma Moreno?
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