La
extremada desfachatez de los políticos…
-También se puede decir “sinvergonzonería”.
-Ya. Por desgracia, lo cierto y verdad es
que es difícil superarlos en descrédito.
En
resumen, que pretenden dar un paso más, escandaloso como todos, para someter a
los jueces al vaivén perverso y corrompido de las influencias. Se les llena la
boca hipócrita con el latiguillo de “la independencia del poder judicial” y en
la práctica de lo que se trata es de alterar lo que debería ser una intocable
imparcialidad, una rigurosa y escrupulosa conducta en la aplicación de las leyes
y en la defensa recta y limpia de aspectos fundamentales para nuestras vidas, haciendas
y honor.
No
sé qué habas cuecen por ahí; pero el camino por el que a los españoles nos
están llevando hacia la descomposición y la desintegración parece muy
peligroso, trazado con una cínica chabacanería vistosa de atropellos, diseñado
por las arbitrariedades de una impresentable gentuza.
Quizá
los jueces sean los únicos que deberían nombrarse y regirse a si mismos, sin
interferencias, para que con suerte pudiésemos probar a confiarnos. Lo de
ahora, pasa de castaño oscuro.
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