Hoy
el mar “viene y viene”
en
largas pausas lentas,
trayendo
su rumor
familiar
y calmado
hasta
dentro del porche
acristalado.
-Qué te gusta salir por peteneras.
-Eso es así.
En
el jardín,
vamos
cumpliendo etapas
del
“proyecto ambigú”
que
maduró despacio…
-Bueno estás tú “pa” unas prisas,
parsimonioso.
-Si no vas a hacer más que interrumpirme…
-Prosigue, pues.
Y
como Maritere
se
ha lanzado entusiasta
a
la restauración
-cuadros,
sillas, espejos-,
después
de los pintores
continúa
en la casa
un
aire reformista
de
laca tapaporos
y
barnices y así.
Un
poco desbordado
por
tanta actividad,
procuro
replegarme
acudiendo
a
este quehacer modesto,
sencillo,
de
las meras palabras.
Hasta
mañana, si Dios quiere.
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