Me pregunto si queda todavía
algún cupo de gente socialista
que le ponga un buen día
la camisa de fuerza al petimetre
que, a pesar de estar falto de caletre,
se obstina con metódica indecencia
-- tan sinvergüenza y fresco de conciencia --
en "okupar", impávido, el sillón.
¿Un contagio canalla y repugnante
mantiene en el silencio sometidos
a los miembros y "miembras" del partido
obrero y español?
Los sensatos antiguos militantes,
¿son girasol o frívola veleta
que tocan una pobre pandereta?
¿Habrá que resignarse a un lechuguino,
a este hereje relapso, impenitente,
a esta bomba aspirante e impelente
que quiere arruinarnos el destino
e intenta que lo nombren presidente
-- subrepticio y rastrero --
camuflándose en medio de la gente,
descuidada en las fiestas
que inician esta cuesta
de enero?
-- subrepticio y rastrero --
camuflándose en medio de la gente,
descuidada en las fiestas
que inician esta cuesta
de enero?
Desgraciadamente y si el tiempo no lo impide, veremos pronto al petimetre y sus compinches llevarnos al abismo. Es difícil desear Feliz Año ante una situación como esta.
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