Veranear

¿Cuántos de vosotros habréis sentido en alguna ocasión ese asunto de "no me cunde el tiempo"?

Y no han sido las menores de las incidencias la adquisición y puesta en funcionamiento de una lavadora joven, prodigiosa y de novedosas posibilidades cuyo dominio todavía se me resistirá algunas semanas, a pesar de la asesoría de Maritere; ni el trastorno dramático y pendiente de solución que ha supuesto la rotura del disco de freno en la rueda delantera de Cleopatra; ni los viajes a la Villa y Corte, por temas de salud y otro por una intervención en el proyecto ecuménico y reivindicativo que J.Torres, Parquelagos, se trae entre manos desde hace meses y que nos ha implicado -- bien que por cortés y grata voluntad -- a un elenco de veteranos de la música popular española de pasadas décadas, no todos infiltrados por la misma dosis de peligrosa y no asumida nostalgia...

Ni las demoradas puestas de sol sobre el Atlántico, ni las "sobremesas conversadas", como solía señalar el maestro colombiano GGM, ni qué sé yo.

¡Con deciros que hasta hoy no hemos vuelto por el cinematógrafo y sus reflexivas y amenas matinales!

Y ahí os dejo la mención satisfecha de "Venganza bajo cero", con ese rudo y contundente irlandés, echando a rodar una trama con numerosos muertos que no desmerecería de las de Quentin Tarantino, de quien, por otra parte, se aproxima un film más con toda la pinta de brillante entretenimiento que suele proporcionarnos.

-- ¿Y de la política?

-- ¡Uf, ni las noticias sigo! No hago sino veranear.