su gastronomía lamentable o por lo brumoso que con frecuencia puede manifestarse su clima, lo cierto es que los britanos, por su mayor parte, son gente belicosa y contradictoria que con reiteración ha demostrado una más que firme tendencia a incordiar, al punto que Adriano, emperador, tuvo que construirles un muro y aun así, no consiguió hacer carrera de ellos.
Además, es sabido que conducen del revés y que beben la cerveza caliente, con todo lo cual, unido a y subrayado por algunas otras rarezas, se explicaría el enredo que tienen organizado con la salida de la Unión Europea, y el propósito de llevarla a cabo con su clásico estilo egoistón y aficionado históricamente a rapiñas como la del Peñón, etc.
Al presente, la desabrida aunque "virtuosa y aventajada alumna de Terpsícore", la Sra. May, no logra, tal como otrora le ocurriese a Adriano, emperador, que se comporten con moderación ya no digamos sus rivales, pero ni siquiera los jugadores de su equipo de ella, lo que da idea de la condición agreste y conflictiva de este atrabiliario y díscolo colectivo isleño.
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