Un desvarío innecesario y caprichoso embadurna la reciente versión de "Robin Hood", o sea de las andanzas del Robin de los bosques de cuando entonces. Con presuntuosas alusiones a revuelos sociales más "de actualidad" que estrictamente contemporáneos, y tratamiento de videojuego, ni siquiera el dinámico y espectacular montaje y los habituales efectos especiales salvan la decepcionante y errática sustancia de este film, frívolo y tontorrón.
Otrosí, con retazos, con sugerencias y evidencias, la contundente, firme estructura de "Viudas" es una notable muestra de cine que construye un relato de enfoque no muy usual, y que servirá de base a un muestrario de denuncias de manejos políticos/sociales con adobo de corruptelas e intereses, apuntalados sin misericordia por métodos de brutal violencia y en contraste con la peripecia de unas mujeres de diversa actitud y circunstancias pero coincidentes y aunadas de forma temporal en el logro de un objetivo que se balancea entre una indirecta variedad de la reivindicación y el sálvese quien pueda.
La panoplia de personajes es interesante; su relieve tiene fundamento y equilibrio. Farrell convence y el veterano Duval se luce, como siempre, con la seguridad de quien no quiere que "le quiten la piel al pollo".
Las damas que comparten los protagonismos, lo hacen con sabiduría y expresividad. La peli, en inexcusable sesión nocturna, mereció la incomodidad de la salida, con ese horario nada corriente para las sólitas costumbres natatorias del Hipocampo.
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