Susanita tiene
carita de pena
porque se termina
toda su verbena;
aunque disimula
con falsa sonrisa,
está desolada,
mustia e indecisa
y por más que intenta
que no se le note
no hay cómo ocultar
tan agrio rebote.
Cuando se recobre,
¿cantará, la pobre,
entre limoneros
réquiem por sus cuitas,
su agenda de citas,
sus alabarderos
y su califato?
(Pincel de Murillo
-- por aquí te mato,
por aquí te pillo --,
marchito clavel,
truncado oropel,
cesante mandato,
se acabó la gesta
y adiós a la fiesta
de los sindicatos.)
O, ufana de abusos,
ante el horizonte
que aguarda, confuso,
¿se va a echar al monte
y armará ruido
hasta que una noria
de frágil memoria
decrete su olvido?
Susanita, el colofón:
tú sonríe y no te líes
y canta con Rosalía
que entonaba, el otro día:
"¡Válgame San Rafael,
tener el agua tan cerca
y no poderla beber!".
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