Yo no digo que sea
por la firme raigambre acreditada
de tía adoratriz. Y para nada
que en mi estructura arcaica y visigoda
pueda encontrarse causa suficiente
con la que alguna gente
encuentre pertinente explicación
para la duda que hogaño incomoda
a aqueste atribulado corazón.
Y puede ser que al margen de la moda
discurran mi criterio y pensamiento.
Pero los nombramientos que Francisco
(bonachón y argentino y pope a tope,
de la Iglesia Católica obelisco)
acaba de aprobar tienen un aire
de andar por casa y de poca monta.
Y aunque yo no me atreva
a evocar un insólito "top manta",
los nuevos nominados de esta leva
no tienen parangón con nuestra Santa
que, en este estricto día,
conmemoramos porque todavía
sostenemos que siempre ha habido clases
y que los santos nacen, no se hacen.
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