Parece que en tu argucia marrullera
de ponerte el Senado por montera
el tiro te salió por la culata
de pisaverde jaque y metepata.
Falto de convicción
-- porque, como bien sabes y sabemos,
eres un híbrido de fatuo y memo
y tu puerta de acceso a ese sillón
no pudo ser más falsa --,
te vemos presumir de presidente
y tu vacuo oropel de viajero
(por cierto, nunca en Alsa)
se oxida en crisopeya de buhonero
y huele a chamusquina consistente.
Veremos hasta cuándo
con tus tuertos resortes y añagazas
de empecinado y soso mequetrefe
resistes en la plaza
y conservas el mando
entre esos titubeos que recuerdan
los bandazos que no "molaron mazo"
del otro, precursor, que fue tu Jefe.
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