Prudente y cauteloso -- buen gallego --,
Feijóo pasa palabra en el PP:
todos pensamos que daría juego
y nos sorprende con este trasiego
de darle a la ambición un puntapié.
¿Comodidad, razones paternales,
alguna sombra de "talón de Aquiles"
podrían ser acaso las señales
de no participar en el desfile?
¿Es Casado la réplica a Rivera
y a Sánchez, todos descafeinados?
Falto de hervor, escaso de madera,
¿un timonel, con tales entorchados?
La Cospedal, de atildada melena,
hizo memoria en su presentación
y alargó tanto la puesta en escena
que nos produjo una cierta aprensión.
Aplausos, en las pausas, de los suyos;
y enumerando el censo de medallas,
parecía mandarle, a lo que intuyo,
de soslayo una nota a la Soraya,
quien, pícara de talle y de risilla,
ex-"vicepresidentA" se encasilla
en el ilustre entorno del Congreso
como aspirante al mando y al regreso.
De los que queden o vayan saliendo
(que no hay motivo de agotar la lista),
sólo Margallo me va convenciendo
como didáctico jefe de pista.
-- Tiene fama de ser un verso suelto.
-- Y ameno, dialogante y desenvuelto.
No lo descartaría.
Desde luego, mejor que este Gobierno
que incrusta entre sus modos subalternos
pañitos de crochet, bisutería...
Pero es viejo Margallo
ResponderEliminary no seduce
con una pose dulce
del urogallo.
Sólo hay sitio para los renacuajos,
las ranas ya no venden.
Y a los que vamos ...."escaleras abajo"
en cuenta no nos tienen