por agotamiento o contrariedad parecida, los más veteranos y tradicionales seguidores de este "blog" quizá alcancen a precisar, en los anaqueles del recuerdo, alguna referencia acerca del misterioso "caso de la portuguesa muerta".
En relación con aquel ya remoto y desvanecido asunto, los nuevos y concluyentes informes de la INTERPOL han arrojado al presente luz y simultáneas sombras sobre el expediente que venía acumulando administrativas desidias, incurias y telarañas, causando grave deterioro a la correspondiente investigación.
El análisis de los restos de una mujer momificada cuyo ADN coincide de manera inestable y oblicua con los datos que obraban archivados en un destartalado hórreo sito en localidad de nombre todavía amparado en el secreto sumarial, ha inducido a la Comisión Encargada del Asunto a dar por finalizada la cuestión, prohibiendo de forma expresa cualquier otra y posterior pesquisa, y desestimando toda extenuante conjetura residual que pretendiere añadir la imaginación popular (con frecuencia calenturienta y zascandil) a todo el espinoso tema, volviéndolo aún más turbio y de consecuencias poco menos que estériles.
Las Autoridades, fuerzas vivas, moribundas y/o indecisas, de la Comunidad Internacional ordenan fastos luctuosos, banderas a media asta, réquiems diversos y funerarios botafumeiros para las numerosas ceremonias (exequias y así) que tendrán lugar en fechas próximas, con la asistencia y participación de las más altas jerarquías de cuanta religión asome por el ancho confín del horizonte.
El de la coleta va a tener razón: Muere el pueblo, se escatiman recursos para una ejemplar justicia, se cercena la libertad de expresión y, al final, autoridades y clero se hacen con el estandarte de la memoria.
ResponderEliminarP.D. Pionono, pese a sus ya 35 años como leguleyo, no acierta a comprender por qué a algunos pringados les toca ser juzgados no ya con justicia, sino con ejemplaridad, como si fueran responsable de lo que otros hicieron o en el futuro vayan a hacer...
La malintencionada imaginación popular de tus incondicionales residentes en esta Corte tan villana, siempre hemos acordado que "entre todos la mataron y ella sola se murió" y su identificación es tan insondable como la de "Luis el cabrón y M. Rajoy" donde la AN ha sentenciado no poder identificarlos y esperemos, en última instancia, el Supremo arroje alguna luz, aunque sea en diferido.
ResponderEliminarSalud y un abrazo desde Aluche.