Este jardín parece un campo de batalla
que azotaron los vientos tenaces de este invierno;
y como un estratega erguido en la muralla,
evalúo los daños con desaliento interno.
El ficus ha perdido centenares de hojas
caídas en combate, defenestradas bajas
que han dejado las ramas en mísera congoja,
presintiendo un final de cumplida mortaja.
Los hibiscos acusan el clima antagonista
y están extenuados de una furia exorcista
geranios, margaritas, el jazmín, la palmera...
que ni parece ya sombra de lo que era.
La primavera habrá de establecerse ahora
-- Más vale.
-- Ya os digo, señores y señoras,
y, como cada año, traerá las alergias
y las divagaciones que rima Javier Bergia.
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