La canción de aquellos días,
¿qué decía?
"Manolo mío, Manolo de mis amooores..."
Y en calendas más recientes,
cuando tanto te aclamaban
a tu alrededor las gentes
y todos te echaban flores,
¿qué olvidaste, "presidente"?
¿No te enterabas de nada?
Tan ocupado que estabas
en gastarte, según dicen,
generosa millonada
en reformar y adecuar
(me suena que en La Palmera*)
el palacete elegido
para tu alta dignidad
y tu empaque presumido
de faraón andaluz
-- aunque, al cabo, transitorio --
y ahora no alumbra tu luz:
que tu ámbito no era
vigilar la enredadera...
ni ponerte de verdad
a corregir los desvíos
de tu leal consistorio,
¡venga, tío!
Generaciones futuras
habrán de estudiar tu caso,
tu insólita caradura
y tu flagrante fracaso.
*(Célebre y aristocrática avenida del Parque de María Luisa en Sevilla.)
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