De qué espacios remotos, de qué tiempos
-- antes de los Cortés y los Pizarros --,
de qué lejanas y frondosas selvas,
rumores populosos de animales
que en los tratados jamás figuraban;
de qué ritos sagrados y culturas
que apenas adivinan,
estos días, los más sagaces investigadores.
De qué ríos de sangre, hasta llegar
a aquel silencio,
a las veladas sombras
del tatuado torso; y a la mirada
que, aunque apacible, esconde
la fiereza ancestral, la violencia
de los cruentos sacrificios ofrecidos
en la cima de las escalonadas pirámides
La herencia misteriosa, indescifrable
entre las ruinas,
los restos calcinados de las hogueras,
las truncas figuras que quedaron
-- pinturas, estatuas --
representando a sus dioses...
Antes de todo aquel y este quilombo:
de esta propia, singular palabra que aquí evidencia
su acaso trivial y pintoresca sonoridad.
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