¡Qué prudente y callada se tornó Sor Lucía!
Tanto que tantas veces protestaba y gemía
y de repente ahora que le ponen el foco
permanece discreta y se pronuncia poco.
¿Qué debemos pensar de esta Sor "apolítica"
cuando tantos afectos con altos personajes
eran lazos de abrazos, fecundo cabotaje,
fundación, subvenciones y sonrisa solícita?
Argentina de origen que se aprendió el "vosotros",
no ha soltado del todo desde allende los mares
el desenvuelto acento, los dares y tomares,
la afición a otras riendas y a domar otros potros.
Intrépida y dispuesta, te nos has vuelto esquiva,
esgrimes por respuesta "verdades" relativas;
y, al dar a tu expediente sonoro carpetazo,
nos tememos, Lucía, que ya no molas mazo.
Y mientras tanto, Rull, lamenta flatulencias,
que es tema incontinente de pérfida elocuencia;
porque evacuar tal charla con loco frenesí
se diría más propio de un pedorro a así.
¡Ay, Rull de mis pecados!
¿qué rumor, qué trastorno,
qué mosca te ha picado?
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