miércoles, 6 de diciembre de 2017

La desazón que ensombrece mi ánimo

De entre las diversas actividades para las cuales la Divina Providencia no ha tenido jamás interés visible en dotarme, se encuentra en prominente lugar de honor la conocida, de forma más o menos internacional, como BRICOLAJE.
De casi nada, para mi profunda decepción, han servido aproximaciones y ejemplos que Lady Taladro me viene proporcionando con una suerte de optimismo que parece no verse defraudado, a pesar de las numerosas evidencias en contra.
Y mi más reciente desafío con los arcanos de ese mundo por demás abstruso, tuvo una epifanía en el aciago día de ayer:
Detectada una grieta o fisura en el sector central de la manguera que conmigo suele colaborar en el regadío manual del gramón, me armé de valor, inciativas y capacidad (que luego se vería sólo teórica) de adaptación frente a la adversidad, y procedí a adquirir, en mi ferretería de cabecera, un artilugio que oficia de lo que podríamos llamar sin intención procaz "empalme", que estudié con metódico detenimiento.
Una vez comprendido el concepto, hube de cortar el segmento dañado de la manguera. Como conozco a fondo la conducta vanagloriosa y poco más que inocente de mi colección de "heroicos" cuchillos de monte, empecé por omitir su eventual convocatoria y previsoramente afilé un cuchillo de cocina que no tuvo éxito; recurrí a otro, jamonero; descarté una tijera grande porque la sospeché inoperante; y después de destrozar en parte esa herramienta que denominan con anglofilia "cutter" o algo así, llegué a la primera base, expresión que arriesgo, por las influyentes descripciones que me procura P.Auster en su libro último.
No quisiera extenderme, más, en el relato de esta singular experiencia. El caso es que, instalada la pieza reparadora (como cierta congregación docente/religiosa en Majadahonda), insistí hasta donde me fue posible en el ajuste de las roscas correspondientes y...
... parte del agua se sale.
La desazón que ensombrece mi ánimo, no digo yo que sea tan melancólica como algunas de las que El Principito de Saint-Exupéry nos hacía sentir. Pero tampoco es de naturaleza desdeñable, puedo asegurároslo. 

3 comentarios:

  1. ¿Cómo que no ha servido de casi nada?.
    Antes hubieras comprado una manguera directamente y ahora lo intentas, sólo es cuestión de práctica. Que sepas que eres mi alumno aventajado.
    !Arriba ese ánimo! que se vea esa actitud positiva.

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  2. ¡No te dejes confundir, amigo R de Obispalia!
    El bricolaje es actividad promocionada por el Maligno para tratar de contradecir los planes con los que el Hacedor de Todas las Cosas mina o destruye el funcionamiento que para ellas Él tenía previsto.
    Debió, en su momento, ser perseguido por la Santa Inquisición, pero se pasó el momento y tal vez ya es tarde.
    Por ello Pionono jamás ha intentado siquiera contradecir los Divinos Designios y a duras penas es capaz de cambiar las cuerdas de su ukelele

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