Gorila por gorila, Maduro I, el sucesor, ha ido demostrando ser inferior en todo (que ya le vale) al zafio tiranuelo Chávez quien, en medio de una retórica grotesca de apolillados laureles seudoheroicos, fundó esa patraña populista que han dado en llamar república dizque "bolivariana".
Por cierto, a Bolívar (que se llamaba Don Simón, como el tinto de verano), visionario rebelde y rebotado, le fueron dejando tirado los demás próceres -- cada uno con su protagonismo megalómano -- que convocó y que en definitiva no logró aunar a su alrededor en aquella empresa que pretendía un gran estado continental para quitar el sillón a los españoles y cederlo a los criollos, unos y otros notorios terratenientes que en el fondo no fueron más que a luchar entre ellos por mantener privilegios e intereses. Y todo, agitado con proclamas de independencia y de idealismos hipócritas e incendiarios.
Luego, el apellido del célebre caudillo y presunto libertador se ha utilizado para bautizar la manipuladora fantasmada presente.
En fin, que el extremo deterioro de la vida de los venezolanos actuales no invertirá la tendencia a no ser que el Ejército, que alguna señal mínima quizá va dando, empuñe el clásico bisturí que después tanto se critica.
Porque la arrebatiña y el desorden son factores que... no sé si Vuesas Mercedes se acuerdan de ese dicho de "cuando las barbas de tu vecino, etc..."
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