el señor Rufián, con su lenguaje esmaltado de agresividad cavernaria y groseros insultos, ha conseguido que hablen de él.
Visiblemente era su propósito; y va a insistir en el estilo exhibido porque sabe que seguirá teniendo repercusión y que quizá no podrán pararle los pies.
Puede ser que pretenda que su oratoria le proporcione un relevante futuro en la tribuna. Siendo así, esperamos que sin tardanza inicie una relación con la Esteban. Con matices, sería un dúo digno de ver.
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