Dos grandes "virtudes" nacionales, que siempre os adornan, que jamás habéis dejado de practicar, sustentan con evidencia vuestra posición ventajista, tan propia de truhanes acreditados como sois.
Y hay que reconoceros el tesón, lo indesmayable de vuestra milenaria conducta; reconocer que, más aún que la rapiña depredadora -- es decir, la sinrazón con la que el crudo egoísmo abusa de su fuerza --, lo que os distingue es la más cínica y redomada hipocresía.
El caso es que, como ejemplo de maniobreros, sois un primor que nunca defrauda.
Y luego, para redondear, tenemos a Dastis, que va de inoportuno insípido; y al provocador bocachanclas de Picardo. ¡Qué maravilla!
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