Así lo nombran, cómo no, los "laboriosos" representantes sindicales.
Y es que, con sus resabios de marujona redicha, la sin par, la inefable Susana, capitana de la Junta de Andalucía, con el respaldo pinturero y feriante de dicha Junta, cómo no, ha "obligado" a los pobrecitos y sacrificados funcionarios a "someterse" a la jornada laboral de SÓLO 35 horas semanales.
El aplauso de los "afectados" no ha podido ser más unánime, y vuelve a apuntalar la, no siempre justa, fama de los andaluces, más contemplativos que activos: la fama de flojos, vamos.
El gasto extra que sin duda supondrá el previsible aumento de las plantillas (nuevos beneficiados de la tarta cuyas migajas reparten con liberalidad los gobiernos para comprar el apoyo de los interesados votantes), lo pagaremos como de costumbre, con el dinero de más y más impuestos.
Pero a esa otra "casta", los funcionarios, le trae sin cuidado lo que no rece con ella. Y fijo que, rebozada en su desahogo, su inconcebible y abusiva seguridad laboral y sus otros privilegios, todavía responderá con aquello de que sálvese el que pueda y de que el que no llora, no mama.
Mamones.
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