¡Qué moderno me siento
cuando por Amazon recibo tu regalo!
Sin darle al tiempo un mínimo intervalo,
comienzo la lectura de inmediato
de esta edición que saciará mi sed
(por esta vez, ya tengo para rato)
y que, desde tu puerto marsellés,
me haces llegar por interpuesta vía
hasta el alejamiento de estos vientos,
en este mediodía.
Muy numerosas páginas me esperan
y la curiosidad aventurera,
que no requiere espuelas añadidas,
va a darme una energía a la medida.
(Se dice que este mundo es un pañuelo.
En alguna ocasión te contaré
la urdimbre coincidente de una red
que a ese proverbio sirve de modelo.)
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