La vulgaridad de los tiempos actuales hacen que cualquier dato accesorio o polémico de muy segunda fila, sea resaltado en el titular de una entrevista lucense y reciente, cuya intención había tenido otros vuelos. Deploro esta realidad.
Y remito a los interesados (si es que los hay) a los "blogs" del Hipocampo de fechas 31-XII-2014 y 1-I-2015 que ya relataron lo verdadero de aquel remoto asunto, evocado ahora con un descolorido relieve de oportunidad discutible y dudosa habilidad, que no atribuyo a Héctor, siempre cuidadoso de modales, sino a la manipulación de los mercaderes del cotilleo, por minúsculo y residual, como en este caso, que fuere.
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