Más plena y madurada
en tu luz y tus formas;
serena y sazonada
por algo que transforma
aquello que ya eras,
de grácil primavera,
en esta verdad nueva
que así nos pone a prueba...
¿Es tu maternidad reiterada
la causa que origina
que no sea solamente tu mirada
-- de verde mágico, inverosímil --
sino también tu porte de zarina?
¿Los sueños dulces que invaden nuestros sueños,
como una inesperada golosina,
tu nombre, tan bíblico,
SARA?
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