Las expectativas que pudiera haber levantado el debate "de las mujeres" de anoche, se han visto -- es una opinión -- defraudadas.
Faltaron desenvoltura, brillo, ingenio, convicción, aplomo, rodaje; la argumentación fue un mosaico de lugares comunes donde cada una recitó muy pegada a sus respectivos catecismos y donde las soluciones (¿cuándo se van a dar LAS SOLUCIONES?) casi ni se apuntaron, cuanto menos se describieron con todo detalle de lo que además sería por el momento, y en todo caso, algo teórico que luego se podría hacer efectivo; o no.
No creo que sean los primeros espadas de sus cuadrillas. Seguro que no. Lo que sólo ha servido para quemarlas un poco y poner en evidencia el baño que a todas daría una, por ejemplo, Esperanza Aguirre, y pese a sus numerosos y enconados detractores.
La parafernalia que rodeó el "acontecimiento" fue del todo inútil para minimizar su tedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario