No ha sido posible determinar con precisión el origen del rumor, por más que observadores imparciales coinciden en situarlo, y aun con cautelas, en algún punto del noroeste de Madrid, posiblemente entre las localidades de Pozuelo y Aravaca.
No obstante su condición, algo difusa, la consistencia de dicho rumor va afianzándose en los círculos sociales más selectos. Y así, se da por hecho cierto la existencia verídica de una dama, a la que llaman Condesa de Vintage y que estaría llevando a cabo sucesivas expediciones por el mercadillo de Majadahonda, célebre zoco comercial y lugar de encuentros parcialmente furtivos entre personalidades del mundo del espectáculo, influyentes gestores de la municipalidad y otros ciudadanos más o menos notables por su relevancia aristocrática o su no discutido protagonismo financiero y empresarial.
Entre las clases populares, siempre tocadas de curiosidad y afectas al cotilleo, también se ha extendido de modo considerable la inquietud por conocer, más en profundidad, los detalles concernientes a la figura y actividades de la Condesa, por cuyas andanzas, que se comentan como ejemplo de castizo elitismo, toda la comarca anda tan alborotada que se está llegando a perder incluso el natural interés por la política y sus chanchullos, tendencia que ya ha apuntado algún sociólogo en una reputada tertulia de televisión.
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