La ancha desvergüenza y las trapacerías con las que, de forma demostrada, se han manejado los dineros turbios de Noos, no representan otra cosa que una caseta más en la feria de escándalos que los ciudadanos, ya muy vapuleados y por muchos otros casos, desgraciadamente estamos soportando/contemplando.
Veremos qué fallará finalmente el Tribunal de turno; y lo que se resolverá luego de los típicos recursos. Pero, de momento, el comportamiento más que llamativo de los "engranajes" y el ladino propósito de aplicar "paños calientes" resultan muy sospechosos, inquietantes, y de nuevo nos dan razones para la desconfianza y la inseguridad con las que se nos obliga a movernos.
Está claro que Pacheco no fue un visionario ni un bocazas al decir que la Justicia española era un cachondeo. Porque estas miserables maniobras vienen de muy atrás, de muy, ay, antiguo.
Entre el bochorno y la indignación navegamos cuando es evidente la cantidad de gentuza que hay donde menos debiera haberla.
Los españoles estamos calentitos...y con razón, me temo
ResponderEliminar