de la cartelera, que a veces es volátil y propensa a la precipitación y las súbitas desapariciones, nos sacudimos la pereza y, haciendo acopio de una decisión insólita, nos fuimos a ver (visionar, que dicen los expertos más postineros) "Sicario", en sesión nocturna, única disponible para dicho film en "Las Salinas" de Chiclana.
La "peli" es contundente y drástica, y probablemente refleja de manera verosímil el tenso y peligroso y despiadado mundo en el que los infinitos millones de la droga deciden implacables quién mata, quién muere y quiénes, demasiados, se corrompen y/o se forran, que viene siendo parecidísimo.
Como tal retrato, "Sicario" resulta convincente, se desarrolla con sobrada profesionalidad y justifica el café espabilador de media tarde y el húmedo relente de más de media noche, cuando se regresa a casa, claro que en el Z3 y claro que con la capota rigurosamente puesta, eso faltaba.
"Sicario" funciona; como tanto buen cine que sistemáticamente se hace en USA, al lado de también infumables tonterías.
En general, al Hipocampo le mola Hollywood, se hace constar.
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