Permíteme que insista,
como dice Matías por la “tele”:
tan grande admiración me ha producido
tu periplo brillante y amoroso,
que creo asunto todopoderoso
por el que alegre debe andar Cupido.
El Hipocampo que sueña conmigo
y este errático y terne seguidor,
haciendo como Jano y sin pudor
caras intercambiables de Rodrigo,
hoy de nuevo* queremos enviarte
un homenaje con versos de arte
mayor.
(Si lo recuerdo sin mucho desdoro,
era llamado así el endecasílabo;
y queda más sonoro
si lo entrecruzan ciertos heptasílabos.)
Mario ilustre, en cotidiano rezo
encomiendo a los Santos tu andadura:
que te preserven de todo tropiezo
y permanezca firme tu armadura,
que quizá pone a prueba tu destino
para que añadas una nueva gloria
que, proclamando al mundo tu victoria,
te deje bien en ese catre fino.
*Véase la entrada del Blog del Hipocampo del pasado,
y reciente, 13 de julio.
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