jueves, 30 de abril de 2015

Russell Crowe



Una cosa con otra, la carrera cinematográfica de este actor hilvana un puñado considerable de cintas convincentes, estupendas.
Y como tiene esa cara de buena gente, suelen encargarle la interpretación de personajes como a medida, en los que puede lucir talento, oficio y apostura. Y ahí se las den todas.
Conque en “El maestro del agua” vuelve a bordar, sin esfuerzo y con la sobria impecabilidad de costumbre, el papel de protagonista, con un interesante argumento que, de paso, nos proporciona una aproximación guapa al encanto de ese Oriente cuyas señales se diría a veces que se acercan; cuya belleza y misteriosa sugestión terminarán por “poner sitio a las altas torres de nuestra honestidad”.
Cine bien hecho (resto del elenco, ambientación, música, interiores), un gustazo.

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