evoca con sobriedad y verosimilitud, con equilibrada
corrección formal y un elenco de muy buenos actores, en medidos papeles, un
tramo de los gravísimos conflictos que se produjeron en USA, como consecuencia
de la segregación racial, segunda mitad del XX.
Sobrecoge sentir que todo eso ocurría anteayer (mientras
la juventud de uno vivía en la relativa inconsciencia personal de apenas ser
una suerte de impaciente cometa, de andar bebiendo ya los demasiados vientos de
la ilusión y las insatisfacciones que procura la vocación que sabemos) y que
todavía hoy, si atendemos a ciertas noticias de los telediarios, sigue asomando
su cabeza de hidra, como si no escarmentasen.
Ni escarmentáramos.
Qué cosa, ¿eh?
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