sábado, 18 de octubre de 2014

Coincidencia en el nombre



Probablemente todo se debe a mis ganas (increíble, ¿no?) de hacerme ilusiones de vez en cuando y creer en la gente.
Pero me parecías un tío cabal, un tío preparado, cuando fuiste ministro de Economía; un posible jefe de gobierno que habría llevado este maltrecho barco que es España por mares de buena navegación, siempre hacia puertos buenos y seguros.
Ahora, en medio del jaleo, falta que, dentro de la melindrosa y discutible legalidad, te lleguen a probar, a demostrar la parte de tus macrochanchullos, de tus especializados y fresquísimos manejos, de tu impertérrito cinismo, aprovechando los puestos de privilegio y trincando caudalosos dineros sin el menor miramiento ético.
Será una banalidad, pero me jode que seas mi tocayo, Rato. Lo que son las cosas.

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