Por inspiración del Espíritu Santo, ayer fue elegido el
sucesor de Benedicto. Es jesuita, aunque argentino, y se va a llamar Francisco
I, lo que no sé si va muy bien al coincidir con el rey aquel de Francia.
En todo caso eso estuvo bien para celebrar San Rodrigo,
ya que nadie se acordó. O quizá Maritere sí, quién sabe.
Pero me traje de Carrefour un Bacardí Reserva, entre
otras cosas.
Y mejoró mucho el tiempo, después de los reiterados
aguaceros de estos días atrás.
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