Afantasmado de la heráldica y las piedras más o menos desmoronadas, el europeo (que, para empezar, ya suele ser variopinto y obsesivo en fomentar sus matices separatorios y sus diferenciadoras peculiaridades) a bulto mira al americano del Norte (del norte entre Canadá y Méjico) como a una persona de cierta ingenua rusticidad y simpleza y, en el más caritativo de los casos, disculpable por su menor historia de pergaminos y telarañas.
Este errático
complejo de superioridad se ve erosionado a menudo por la condición de hechos
muy contradictorios y desmentidores. Así que ahora, abocada de repente a lidiar
el trastorno multicolor de los aranceles, la Unión dispone, como primera
ocurrencia en su tentativa de plantar cara recíproca, la flecha que apunta a
Levi’s, Harley Davidson y Jack Daniel’s, tan irremediablemente USA que no
sobraría ir ajustando el porqué de estas notorias preferencias de nuestros
ciudadanos, que acaso sean el reconocimiento de que méritos, deméritos y
excelencias realmente andan por el planeta repartidos de manera, por lo menos,
pintoresca, y que a veces encontramos desdenes y devociones que son paradoja
difícil de compaginar.
-O sea que ¿menos lobos y que todos somos de carne
y hueso?
Pues hablando de preferencias, donde esté un scotch y los caldos El Sanatorio, no hay mucho que discernir.
ResponderEliminarUn abrazo desde Aluche, salud y suerte
Pionono sufre mayormente por el Jack Daniel,s....
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