Ante la
amenaza de cambiar las reglas del juego, cosa nada nueva (que siempre produce
el modo chulesco de cualquier mafia) con la abusiva fuerza de su mayoría
tramposa de zurcidos zurdos, el baranda mayor ha hecho pasar por el aro al PP,
llevándolo a un acuerdo/apaño, en el que, por lo visto, junto con la PSOE, se
reparten por ahora los cromos -¿eso es la independencia judicial?- y queda
formulada a medias, casi nebulosamente, la ulterior reforma del lío de los
jueces, que ya se verá cuándo y cómo, porque tendría que ser bendecida y
aprobada por el Congreso y ya sabemos cómo viene actuando, por desgracia.
Esta es la
sensación que al Hipocampo le queda, como profano y mero ciudadano espectador,
y con la escasa y seguro que manoseada información que se nos hace llegar.
Lo que parece
evidente es que si los jueces se deben a los políticos, jamás podremos fiarnos
de su intención ni de que nuestra defensa esté en sus manos.
O sea, una
mierda.
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