miércoles, 12 de abril de 2023

Cirugías

 

Noticias recurrentes de desaguisados “estéticos” ocurridos, o cometidos, en según qué clínicas.

Y claro que a cualquier persona le viene la idea de mejorar (o lo que lo parece) el aspecto físico, que el mental ya es harina de costal diferente. A veces por necesidad o por conveniencia; también porque la vanidad existe y porque lo que ahora conocemos como la “imagen” se ha ido volviendo más y más determinante.

La juventud o su apariencia se cotizan. Y de ahí el fenómeno de las numerosas personas que resuelven pasar por el quirófano (lagarto, lagarto) en pos de reparaciones y/o enmiendas.

No es turco todo lo que reluce. Así que un presupuesto u otro no dejan de tener posible influencia en los resultados.

Sobran antecedentes históricos, literarios, Dorian Gray y lo que se tercie. Y en todo caso, y antes que se vuelva querencia obsesiva, moda, droga sucedánea, no estaría mal algo de prudencia.

 

Que no te pase como a alguna figurona célebre que, de tanto recoserse y remendarse, ya parece la momia que grita; o la otra que nos va recordando, por orden cronológico, a FATS (“Magic” 1978), al JOKER (“Batman” 1989) o a BILLY (“Silencio desde el mal 2007”), por citar ejemplillos del cine. ¿Que no?

1 comentario:

  1. No solo las dos que dices.... Estamos perdiendo el norte con la imagen del carallo

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