Ya
la hemos visto.
Con
frecuencia ataviada para parecer un mirlo blanco, lleva tiempo amagando con un
proyecto (¿un “proyeto”?) que ha
prometido sacar próximamente de su ambigua nebulosa, de su medusa deliberada.
En
el entremientras, lo suyo es una suerte de comportamiento semielástico de
izquierda en apariencia “homologable”;
una pretensión de equilibrio que, pronunciándose sólo a medias y con la que
tenemos organizada, no nos terminamos de creer.
En
esa intención de sutileza de corto vuelo que a lo mejor suena a gaita gallega,
y si pacta con éste o con aquél, Yolanda Díaz, mirlo -o el pájaro alternativo
que sea de verdad-, rubia discutidamente natural, se suelta la melenísima o se
la recoge, que debe ser según el viento, y avanza pasitos de coqueto titubeo,
fusilándole frases casposas al “ex-coletas” (que tampoco eran de él sino
consignas rancias del manual/matraca) y se deja halagar por la ficticia
predilección momentánea de Perro, quien le soltará cuerda de “delfina” hasta que le estorbe y se
ponga a cortarle la cabeça.
Desde
luego, mejores modos que las Montero y la Belarra (que son “trastornis” notorias, gentes de alocada trinchera y barricada)
tiene al menos esta Yolanda, y puede que estrógenos más civilizados en el laberinto, más o menos silente, de su
fisiología.
Tan malo, y censurable, es burlarse del acento andaluz, como del gallego. Lo de "proyeto" sobraba.
ResponderEliminarEso no es nada con el incomparable "futurible Feijóo" cuando fue a entregar un premio al grupo irlandés Chieftains-y lo estaba leyendo-una pronunciación inigualable. Aunque ahora como vive en la colonia del Viso igual ha mejorado.
ResponderEliminarSuerte y salud desde Aluche.
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