sábado, 4 de marzo de 2023

¡Por Dios, la tilde!

 

Temblores de tierra, tambores de guerra.

Claro que no cerrará en firme la herida que la RAE tiene en su seno por, en su día, haberse descafeinado sin ton ni son, no SÓLO con el acento ortográfico a debate sino con otros ejemplos tirando a lamentables, dignas señales de unas decadencias, unas componendas y unos renuncios que a tantos aspectos del presente aquejan.

Se barnice con la demagogia que se quiera, los idiomas no se ennoblecen ni mejoran con “facilidades” de saldo. Ni rindiéndose al coyuntural deterioro de lo que pudiera calificarse como una riada de hechos consumados. Salvo que el impresentable propósito, cuya digestión se ofrece al personal, sea un cierto regreso a la caverna.

Crecidos y esbeltos, no “regordíos” y fondones, y mucho menos, perezosos, quiero a quienes se expresan en español, sin huir como fláccidos peleles del esfuerzo que suponga -si lo supone: debería verse como un luminoso gustazo- el buen manejo de nuestras palabras, como un arte que además nos concede el acceso a una comunicación que hasta de milagrosa algo quizá tenga.

Forofo de nuestra lengua, no necesito ser importante, que no me tengo por tal, para sentir que el respeto por la labor de la RAE se tambalea cuando sus devaneos con la frivolidad entorpecen una enseñanza cuyos mejores anclajes también deben ser, entre otros, la firmeza y una exigencia sin temporada de rebajas.         

3 comentarios:

  1. Clavadito lo has dejado. Estamos obviando y olvidando la riqueza del español. Sic gloria transit mundi.

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  2. Sólo han (has) puesto la tilde donde debe estar

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  3. Voy solo a comer / voy sólo a comer. Cosas muy diferentes que la RAE se empeñó en confundir. Reconozco que yo no dejé de usar la tide. Esta RAE...🙄

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