(Entre
la admiración, el embeleso y la serenidad)
Tres
instrumentistas deciden, en este caso, la estructura del acompañamiento: con
una guitarra de cuatro cuerdas, que difunde bellos arpegios sembrados de notas
pedales; con un sintetizador “moog”, que crea climas, sonidos de elegante
caricia; con un panel (“sampling pad” los llaman) de percusiones pulsadas con
discretas escobillas.
Y
estos respetuosos, sobrios y talentosos músicos construyen, en este caso, el
soporte impecable para respaldar el canto virtuoso, delicado, conmovedor.
Ciertamente
las melodías de ese estilo no son especialmente fáciles de retener. Pero se
meten, alma adentro, para dejarnos flotando en un sentimiento de gustosa calma,
de recobrada y valiosa armonía interior.
Haced
la prueba. Escuchad -os lo encarezco- a Kate Rusby cantando, en este caso, “Until
Morning”.
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