martes, 31 de enero de 2023

¿Volver al origen?

 

Ser algo alérgico a las “nuevas tecnologías”, como es el caso de este Hipocampo, no llega a tanto como para no dar al césar lo que es del césar. Ni para que lo cortés quite lo valiente.

Y si las fuentes de antaño fueron la Biblioteca de Alejandría o la Enciclopedia Británica, entre otras, también autorizadísimas, hoy tenemos Internete que se pinta sola para estar siendo el infinito caudal de las in y desin formaciones más exhaustivas y variopintas.

 

-No me digas más.

-Te digo: ¿tú tenías noticia, aun tardía, de Eva Mendes cantando?

- ¿En serio?

-Ya ves. He pillado una muestra asombrosa. “Les Moulins de mon coeur”, cuya música, de melancólicas y conmovedoras tonalidades menores compuso Michel Legrand, admitió que al autor de la letra, de hermosas comparaciones francesas, Eddy Mornay, se la vertiesen al inglés, como lengua más hegemónica y quedara, “très bien aussi”, como “The windmills of your mind” que, con ese traslado, tuvo más extraordinario y siempre merecidísimo éxito internacional.

Varias versiones auparon tal canción. Y hete aquí que la Mendes, quien con inteligencia y delicadeza omite impensables y quizá inviables alardes cantores, modula con su dulce dicción americana/cubana ese texto y esa tonada, y le queda de primera. Hasta con un aire de la inocente ternura de F. Hardy.

En la ensoñación de neuronas personales, se me hace que Mendes está devolviendo “Los Molinos” a su primer origen.

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