Ahí
está, como siempre: en el sillón, ya antes de que amanezca.
Hoy
revisa unas líneas de las que se van amontonando en ese blog; escucha de nuevo a
Mark/”Slow learner” y siente entrar
(qué cautelosa es) la melancolía, luego un silencioso nudo por ahí, por el
pecho, y unas lágrimas (¿qué las hace brotar de improviso, que no se contienen?)
rodando por la barba.
Giros
de espejos repetidos. Otro diciembre como el de cuatro años, o los que hayan
sido, atrás.
¿De
qué va, y viene, esto?
Buenas amigo. Lo acontecido es normal, y no solo por las fechas, a un sentimental que arrullado con ciertos acordes da la entrada a esa amiga no invitada "melancolía". Por cierto, en el foro no tiene calle, aunque sí muchos adeptos; sin embargo en barrio obrero tenemos c/ Carcagente.
ResponderEliminarVerás que Hipocampo con todo su poder sobre la mente, y afortunadamente, no controla sentimientos.
Salud y un fuerte abrazo desde Aluche.
Excepto en el título de la canción, yo escuchaba otra, coincido contigo en todo. Qué poderosa es la malancolía, que se cuela en varias almas a la vez
ResponderEliminarJ.A. AlvAlij
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