Los CIEN
AÑOS, presuntos DE HONRADEZ,
que fueron vuestro indómito oriflama,
hoy, Leguina, se han transformado en hez
y sin rodeos te han hecho la cama.
Y todo por tu simple atrevimiento
de denunciar con dos o tres verdades
la porquería de los argumentos
que en el presente ofrecen tus cofrades.
Tu mínimo decoro les parece
inaceptable porque así los dejas
tan con el culo al aire: de idioteces,
de juego sucio y de mentiras viejas.
Pero, Joaquín, es que hay mucha
trastienda;
y estos monstruos que son tus herederos
-y lo peor de vuestro gallinero-
al expulsarte, aclaran
lo fraudulento de aquella leyenda.
Este si que "que cadaver va". Por supuesto injustamente por venganza del Fraudillo
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