Ese cantor doliente de la guitarra,
aunque lejano ya de la pubertad,
sigue, terne, el oficio de la cigarra,
acodado tras la barra
de la recia adversidad…
Ese peinado blanco, tan laborioso
y esas gafas de sol al anochecer
que disuelven las penas de los celosos
en las copas de “oloroso”
y los lances al caer…
Esa rima que insiste en palabras claras
y el sentimiento escrito con sencillez
que desarma a la plebe inerte e ignara
y va siendo cosa rara
estos tiempos de memez…
Que el trovador se mantenga en pie
y que reúna toda su fe
peleando sin pausa como un soldado
numantino
y que Noel cante su canción
como salida del corazón
de un mutante empeñado en seguir su son/ca…pitalino:
Al cielo de Madrid, puede que le sobren
los motivos…
Grande Noel Soto,bonito homenaje
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