Murió Mónica Vitti, el otro día.
Y en esta fantasía
de Ucrania + pandemia
donde el ruido permanente apremia,
la noticia sonaba entre neblinas
de tanta gloria olvidada y dormida
contra los culebrones/cartulina
de los divorcios, cuernos y embestidas.
(Parece que fue ayer, el siglo XX…)
En el friso de italianas bellezas
que sin cesar poblaban las pantallas,
hubo un misterio de delicadeza
en tu raro mirar: una atalaya
de tierna o seca o qué fragilidad.
A salvo tu mentira o tu verdad,
otro arañazo asola la memoria
de lo que fuimos y que el viento borra.
Mónica, no merece
este mísero tiempo de cotorras
la sombra de tu cine y de tu historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario