Me dejo el “lamparito” conectado
y que su luz descienda hasta el jardín:
una suerte de ingenuo duplicado
para esta luna llena que aquí enfrente
el agua hermosa de esta mar de Cádiz
tiñe de azul y plata.
-¿Como
un traje de luces? Qué taurino
y
qué modoso y palabrero estás.
-Es
esta soledad de los “circuitos”
que
alguna vez aquí ya he referido
y
en los amaneceres demorados
sosiega
mis recuerdos y mi olvido.
(Me calzo zapatillas sigilosas
y el ritmo al paso sobre las baldosas
me trae un son de palabras varadas,
de crucigrama y rima renovada.
Y esporádicas “leds” en las ventanas
me dan señal de que la vida avisa;
que sin pausa y sin prisa
se va moviendo gente en la mañana.)
-¿Y
no son horas para MariTere?
-¡Qué
ocurrencia! Ella es de buen dormir:
ni
de maitines ni de miserere.
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