A
raíz de conocer las gestiones incipientes que mi unigénita realiza de cara a
una hipotética autonomía laboral; entrando ya en el ideario y cierto estilo
profesional que, como una tonadilla, se infiltrara en nuestro oído sin permiso;
y finalmente coincidiendo en estas jornadas con determinadas vicisitudes a cuyo
concurso acude Lady Taladro, dentro de su clásico entendimiento de soluciones
pragmáticas para problemas coyunturales…
…
hemos arribado a una variedad del disparate consistente en fundar (en un remoto
día imprevisible) la firma comercial para la que en principio ya tenemos una
marca por registrar:
“CON MALLA Y
VELCRO”
Agotados
por la frivolidad, queda pospuesta la redacción del programa general de
actividades y sectores en los que dicha empresa se propone ejercer su
influencia, el método a seguir para la captación de capital y, prolijamente, un
detallado glosario del alcance y proyección que estructurarán su titubeante
existencia y su manifiesto eclecticismo.
Lo
que a efectos de lanzamiento publicamos hoy, en esta Chiclana de la Frontera
que inundan desaprensivos y ruidosos individuos de la especie turística.
Todo sea por Dios.
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